En el merendero «Juventud por el Buen Camino», la solidaridad y el cariño son parte de la rutina diaria. Susana, una voluntaria, tuvo un hermoso gesto: preparó un regalo para cada una de las mamás de los niños, haciendo que cada pequeño participara. Juntos crearon corazones que cosieron, rellenaron y decoraron para sus abuelas y madres.
También vivimos un momento conmovedor cuando los niños organizaron una sorpresa para Lourdes, una voluntaria que recién comienza su camino en el merendero. Su gesto de amor genuino emocionó profundamente a Lourdes, quien se mostró agradecida y feliz.
Reflexión:
Este Día de la Madre en el merendero fue más que una celebración; cada niño y voluntario dejaron sus gestos de amor y agradecimiento.
Cada gesto de amor construye grandes recuerdos que nos llenan el corazón.
Enlace:
Conoce más información sobre la Red de Merenderos aquí.