La Navidad se vivió de forma especial junto a los voluntarios y amigos que integran las distintas obras del país. De la mano de los hermanos que viven en contextos de vulnerabilidad, se dispuso lo necesario para celebrar y abrazar la esperanza que trae este tiempo.
En los hogares Belén Nazaret de Ushuaia, Salta y Córdoba se realizaron distintas actividades junto a las mamás y sus niños. En la sencillez y alegría de cada encuentro podemos confirmar que se hizo presente el pesebre de Belén. Ese lugar de humildad que recibe a todos con gran amor y con la promesa de una vida nueva.
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Belén Nazaret Ushuaia
La Navidad en Ushuaia comenzó con un taller de decoración que realizaron las voluntarias junto a las mamás, además de los niños que acompañaron con sus juegos. En equipo hicieron distintos adornos para el árbol navideño que lograron comprar para el hogar.
Además de preparar el lugar, el 18 de diciembre se realizó la despedida de año. Fue un encuentro especial para agradecer lo vivido y compartir con las mamás una bolsa de regalos.
Belén Nazaret Salta
En Salta también se compartieron actividades que animaron a desplegar la creatividad. A través de semillas, hojas y demás recursos que recolectaron de la naturaleza realizaron lindos adornos navideños que luego vendieron en la Iglesia del Valle.
A las producciones artísticas se sumó una jornada de cocina. En equipo realizaron pan dulces y budines que permitieron juntar más recursos para acompañar las necesidades de las mamás que asisten al hogar.
Belén Nazaret Córdoba
Las voluntarias de Córdoba prepararon tarjetas navideñas como obsequio para las personas que acompañan el proyecto y lo sostienen desde diferentes actividades. También, a través de las donaciones de amigos se hicieron presentes con regalos para los niños que forman parte de Belén Nazaret.
Sin embargo el mayor signo de Navidad fue la presentación de uno de los bebés ante la comunidad de la Capilla de Santa Cecilia, en la misa de Nochebuena. Sus padres son cuidacoches en el barrio y desde hace un tiempo los acompaña el equipo de voluntarios.
Fue un bello momento que anima y resignifica la tarea de los hogares de los distintos lugares del país: cuidar, compartir y celebrar la vida.