El Club Don Bosco de Mendoza es el protagonista de una gran historia que quedará guardada como un valioso recuerdo junto a los varios trofeos que ya les ha dejado el deporte.
El equipo de chicos que integra la categoría A1 de Futsal se enfrentó a una gran hazaña para evitar el descenso. Luego de tres años de haber conseguido su ascenso en la A, se encontraron con el desafío de mantener la posición. “Teníamos que ganar un partido clave porque habíamos tenido malos resultados en el año y justo ese partido era contra el equipo que iba puntero en el torneo”, contó el entrenador.
Pero la preparación para el partido ocurrió de manera especial, ya que por distintas circunstancias el equipo tuvo que cambiar su director técnico. La situación permitió que los chicos se reencontraran con su entrenador y amigo que los había acompañado en el pasado, durante gran parte del camino.
“Con todo eso de por medio y un entrenamiento de una semana jugamos ese partido como si fuera el último que podían jugar los chicos. Lo terminamos ganando 9 a 8, con toda la felicidad y todo el amor de los chicos, que lo siguieron demostrando a lo largo de los días por habernos quedado en la primera. Fue lo más fuerte y creo que en mi carrera como técnico, que ya son cinco años, fue lo más emotivo ese momento y los días posteriores” comentó Pablo Falitti, el entrenador.
La alegría del equipo por el logro que alcanzaron juntos se resignifica de manera particular en cada historia y fortalece la misión del proyecto social y deportivo en San Rafael (Mendoza). Como lo resumió su entrenador, “soy un convencido de que nuestro trabajo en Don Bosco es más humano que deportivo. Obviamente que los logros deportivos llegan por el trabajo en la persona. Más allá del resultado, el vínculo es lo más fuerte, lo más importante”.
¡Felicitaciones chicos! ¡Gracias por ponerse la camiseta y demostrar que se puede ser equipo dentro y fuera de la cancha!
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