La vida cotidiana en el Hogar El Buen Samaritano se sostiene de una manera especial gracias a la presencia de un variado grupo de voluntarios que se suman a compartir su servicio desde distintas áreas. Además de huerta, granja y laborterapia, se encuentra la propuesta del taller de neurocognición, espacio que anima a mantenerse en movimiento, a generar un momento de trabajo personal que también permite afianzar los vínculos y la convivencia.
Desde el año 2014, Delfina Lanús participa de distintas actividades en el Hogar, compartiendo su tiempo, charlas, experiencias con los residentes y demás voluntarios que pasaron por la casa a través del tiempo. Para ella, «el encuentro con sus integrantes ha sido continuo, gratificante, esperanzador y propició una propuesta de trabajo que incluyó diferentes proyectos».
La propuesta del taller involucra distintas actividades para animar a los residentes del Hogar y predisponer conductas para que la casa sea un lugar de encuentro donde se promueva la socialización. Y en ese marco, a través de instancias lúdicas, motivarlos a superar las diferentes formas de ser y de vivir, los problemas de salud física o mental que pudieran presentarse.
Bajo el título de «Superando la fragilidad identitaria», el proyecto busca la reinserción de las personas del Hogar en actividades familiares y redes socio-culturales, con la correspondiente mejora en su calidad de vida física, psíquica y espiritual. Así como también la búsqueda de formas de motivación personal para realizar las actividades y apoyar a sus compañeros, motivando la participación espontánea de cada uno, la expresión de opiniones y la puesta en palabra de sus pensamientos, sueños y metas.
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