La obra del Club Don Bosco es uno de los ejemplos de los grandes aprendizajes que siembra el deporte en la vida de muchos chicos y chicas. En Mendoza, desde hace tiempo el equipo de voluntarios enseña a jóvenes de distintas categorías la disciplina del futsal. Además de técnicas, entrenamientos y reglas de los partidos, los encuentros se vuelven ocasión para compartir actividades y experiencias que trascienden la cancha.
Así ocurrió con el Mundial de Futsal de la FIFA que se desarrolló desde el 12 de septiembre al 3 de octubre en Lituania y que consagró a la Selección Argentina como subcampeona del fútbol sala. El evento fue ocasión para que la familia del Club Don Bosco siguiera expectante el desarrollo de los partidos. Pablo Faliti, Coordinador del proyecto social y deportivo, nos regala un resumen de lo vivido durante esos días.
“Don Bosco tiene espíritu futsalero. Los jugadores, técnicos y familiares viven este deporte con muchísima pasión. El mundial jugado en Lituania días atrás no fue la excepción. Si bien este era un mundial FIFA (nosotros pertenecemos a CAFS), nuestros chicos y profes siguieron muy de cerca el desarrollo.
«Sufrimos cada pelota, como si hubiésemos estado jugando nosotros…», «Nos sentimos identificados con el compromiso y la entrega de esta selección…», «¿Se enteró profe la historia del DT? Pobre pibe…”, son algunos de los comentarios que surgían en los grupos de WhatsApp del Club. Si bien nunca pudimos juntarnos a ver un partido por los compromisos de cada uno, el minuto a minuto se vivía en los chats, como si estuviésemos todos juntos, y eso nos pone muy felices.
Esto es lo que tiene nuestro hermoso deporte. Todos nos unimos en una sola pasión. Nos da humildad, compromiso y entrega saber que hasta el silbato final nada está dicho. Como pasó con el Mundial en Misiones 2019, donde salimos campeones. Faltando seis segundos perdíamos 2 a 1 y en ese momento el gran «Chelo» Mescolatti, amigo de la casa, en la última jugada dejó todo lo que tenía para impactar la pelota, convertir el gol y lograr, con el final del partido, llegar al alargue. Luego, fuimos campeones.
Esto no solo le pasa a los campeones del mundo. Este hermoso Club tiene historias emocionantes, de dar vuelta partidos a falta de diez segundos o empatar a falta de dos segundos y salir campeones. El futsal, como Don Bosco, es una gran familia».
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