La obra de El Buen Samaritano nos regala la posibilidad de vivir la experiencia de ser hogar junto a nuestros hermanos adultos mayores que estuvieron durante mucho tiempo en situación de calle. En la actualidad la casa alberga a 18 residentes, entre mujeres y hombres, quienes comparten la vida cotidiana junto al equipo de trabajo y voluntarios que realizan visitas regularmente.
La casa es un espacio de puertas abiertas, donde se recibe a los hermanos que después de un tiempo de visitas y de conocerse, aceptan la invitación de vivir en el Hogar. Así, en los últimos meses se ha dado el ingreso de tres nuevas personas: Lucio, Mario y Miriam. «Es una buena noticia cada vez que podemos hacer espacio para un hermano más y poder albergarlo, poder recibirlo, poder empezar a hacer el proceso de acompañamiento que implica su presencia acá en la casa», cuenta Viviana, coordinadora del voluntariado en Hombre Nuevo.
La vida de Hogar involucra distintas actividades. Semanalmente los residentes cuentan con un taller de laborterapia, donde realizan variadas tareas artísticas que los ayudan a potenciar sus capacidades y dones; además de momentos recreativos donde comparten propuestas de cine o música que acercan los voluntarios.
Además, como en toda familia, los cumpleaños son fechas especiales que se festejan en comunidad. Se trata del momento por excelencia donde se celebra y agradece la vida de nuestros hermanos. El mes de septiembre, por ejemplo, ha sido un tiempo de muchas celebraciones, con los cumpleaños de Ilderino, Jorge, Miriam, Cristina, María Cristina y Miguel Ángel.
En el último de ellos, en el cumpleaños de Miguel Ángel celebrado el pasado 29 de septiembre, la casa tuvo un regalo de Dios que alegró su vida y también emocionó a quienes forman parte del hogar. En su día, Miguel recibió la visita de su hijo, a quien hacía muchos años que no veía. Fue un momento muy significativo, un reencuentro muy esperado y celebrado por todos.
Un Hogar cargado de sueños
Laura es una de las residentes del Hogar. Uno de sus anhelos era volver a la escuela para finalizar el trayecto del nivel primario. A sus 58 años de edad, Laurita -como la llaman cariñosamente en la casa- retomó los estudios con mucha alegría y entusiasmo.
Gustavo, profesor de Laura y director del espacio escolar del Centro de Día para Adultos Mayores del Barrio Yapeyú, compartió su experiencia en el programa «Bienaventurados» de Radio María Argentina.
«Tenemos el honor de acompañar a Laura y puntualmente en ella hemos observado algunos pequeños cambios desde el espacio escolar. Se ha vislumbrado una mujer inteligente, una mujer competente», contó Gustavo y agregó: «en los diálogos cotidianos con Laura (…) me enseña un montón de cuestiones que tienen que ver con la vida. Son adultos que tienen una experiencia de vida riquísima y uno aprende con ellos, yo me enriquezco todos los días, aprendo mucho».
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