El sábado 23 de octubre fue una jornada especial para la Obra de María. Junto a voluntarios que se sumaron virtualmente desde distintos rincones de Argentina se llevó a cabo el primer Encuentro Nacional de Belén Nazaret.
Salta, La Rioja, Córdoba, Buenos Aires, Sierra de los Padres y Ushuaia dieron su sí a esta experiencia comunitaria que permitió compartir distintos testimonios sobre el camino de servicio junto a mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad.
El lema que abrazó el encuentro fue “Ser pequeño entre los pequeños”. Desde esta expresión se abrió una gran invitación para el equipo de voluntarios de Belén Nazaret y de la Obra de María en general: vivir el servicio desde la humildad y fidelidad, como nos enseña María, con un espíritu que construya a cada paso “una Iglesia pobre para los pobres”.
Vida compartida: el regalo de ser comunidad
Luego de un bello momento de oración, el Padre Javier Soteras compartió una reflexión que recordó los primeros pasos del proyecto y animó a continuar el caminar desde una mirada renovada en sencillez y humildad: “Belén Nazaret está llamada a cambiar la realidad de lo que hoy es estado de vulnerabilidad y amenaza de vida de las mamás que están solas y embarazadas (…) Ser Belén Nazaret en la Obra de María es crear hogar desde la pequeñez y la pobreza con la que nos encontramos y que nos da a conocer nuestras propias vulnerabilidades”.
Al anuncio del Padre se sumó el aporte de cada uno de los hogares de Belén Nazaret. En sus testimonios se hicieron presentes los desafíos, aprendizajes y situaciones que conmueven la actividad diaria en el voluntariado.
La alegría y emoción que dejó lo compartido son los signos que revelan el regalo de ser comunidad, porque el camino de servicio requiere de hermanos que se animen a caminar juntos, que se acompañen y sostengan en las distintas realidades que trae la misión, que se impulsen a ser pequeños entre los pequeños”.