Adriana y Pedro, integrantes de Belén Nazaret Córdoba, compartieron en Radio María Argentina un resumen del voluntariado que cumple su primer año de servicio junto a mamás embarazadas en situación de vulnerabilidad.
Pedro recordó cómo conocieron a la primera mamá, a través de un trabajo en red con el Hospital Misericordia de la ciudad, donde funciona una residencia para mujeres que están prontas a dar a luz. «Cuando tomamos contacto con ellos nos dijeron que había una mamá en situación de vulnerabilidad que necesitaba una ayuda extra porque al salir del Hospital, cuando ya le dan el alta, ellos pierden esa relación. Entonces allí empezó Belén Nazaret con tonada cordobesa«.
Esa primera experiencia se multiplicó y de a poco el equipo de voluntarios -hoy compuesto por seis personas- empezó a compartir el camino junto a otras mamás embarazadas y a celebrar con ellas cada nacimiento. Pero además, explicó Pedro, el acompañamiento es integral para contribuir al mejor desarrollo de la mujer y su niño: «cuando le ponés rostro, le ponés un nombre, y ves que en su vientre está la vida, la cosa cambia totalmente. Y ahí es donde vos dejás de ver tu pupo y empezás a verla a ella con su sufrimiento. La acompañás, tenés empatía con ella y le preguntás, por sobre todas las cosas, ¿qué necesitás para ponerte de pie?».
Puede ser que al comienzo requieran algo material, agregó Pedro, «pero nuestra tarea va más allá de eso, está en la empatía, en el estar con ella. Cuando vos preguntás y te dicen ‘quiero estudiar’, te llena el alma porque enseguida vas y le buscás un lugar».
Sobre los sueños y proyectos para Belén Nazaret, Adriana contó que esperan seguir fortaleciendo y profundizando las acciones en el Hospital Misericordia y así tomar contacto con más mamás y profesionales del servicio.
Además compartió la alegría de una futura casa de referencia para Belén Nazaret en Córdoba: «hemos tenido la bendición de que las Madres Escolapias de la Escuela 25 de mayo nos puedan prestar la casita que era del casero de la escuela. Nosotros necesitábamos un lugar físico donde poder desarrollar nuestra actividad y que sea un lugar de referencia. Estamos planificando acondicionarla para poder desarrollar talleres, cursos, capacitaciones».
«También tener un espacio donde los profesionales que puedan y quieran donar horas de su servicio puedan acercarse y atender a las mamás y sus niños. Pueden ser ginecólogos, abogados, psicólogos, pediatras, obstetras. La sumatoria de voluntarios que tengan ganas de ofrecer sus dones, sean cuales sean, a nosotros nos maravillaría», contó Adriana.
«María nos dijo: acá, es para esta mamá»
El testimonio de Adriana y Pedro se enriqueció al compartir lo vivido junto a la última mamá que se sumó al camino de Belén Nazaret. Una breve historia que recuerda que en el servicio siempre vamos de la mano de María.
«Nosotros veníamos acumulando cosas: colchones, cama, heladera. De repente nos avisan que había una mamá en situación de calle y que iba a tener familia. Con la ayuda de su familia, que nos dio una casita donde albergarla, en diez días le armamos todo lo elemental para tener dignamente a su hijo. Y eso lo hicimos con lo que nos regalaron y estábamos acopiando en casa y que no sabíamos para qué era. De repente mamá María nos dijo ‘acá, es para esta mamá’»
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